miércoles, 12 de octubre de 2022

UNA FLOR QUE SE DESHOJA


CLARA MOTHA AVILÉS
 

Cual botón de flor se abrió a la vida,  ¡Fue niña! Era la noticia del día, llevaron flores de colores para adornar la casa, la música de bienvenida estuvo a cargo de la sinfónica de pajarillos del pequeño jardín de enfrente de la recamara designada para la bebé.

Creció entre juegos, palabras, cuentos, canciones y mimos, lo que más le gustaba era ver formas en las nubes mientras se mecía en el columpio del árbol, con los pies alcanzaba el cielo mientras el viento hacía fiesta con su pelo largo, rizado y despeinado.

Cuando llegó la adolescencia, sus pétalos florecieron diferente, con más ilusiones, más historias y más palabras, los sueños crecieron, los amaneceres se re significaron y comenzó a recorrer un camino distinto para alcanzar sus metas, el color de su pétalos fue más intenso.

La belleza de la primavera y la juventud llegó a su vida, floreció con más intensidad, se sentía inmensamente feliz, y su sonrisa era su mejor presentación, encontró el trabajo que ella amaba, el cielo se tornó de un azul intenso.

En el verano dio frutos, y alcanzó la gloria, pues de esa flor, brotó un botón, tan bello, como ella lo fue, la amamanto del líquido vital que emanaba de sus floridos pechos, y mirar a su bebé, se convirtió en el paisaje más hermoso de su universo.

Pero una madrugada de otoño, uno de sus pétalos, se empezó a secar, no podía dormir, sintió una punzada, y después algo sucedía en uno de sus pechos, secretaba un líquido, que no era la fuente de vida, empezaron las citas al médico, cada vez más constantes, y los dolores más fuertes cada vez, el diagnóstico retumbo en sus oídos Cáncer de mama. Su vida pasó en un segundo por su memoria, el mundo se le vino encima, un nudo en la garganta se instaló desde ese momento.

En el invierno de su vida los demás pétalos de esa bella flor, se empezaron a secar poco a poco, en cada quimioterapia, en cada cita médica, cada que se miraba al espejo y su abundante cabellera disminuía, su tersa piel estaba seca. Lucha mientras puede, con todas sus fuerzas desea mantener sus pétalos, sin embargo ese invierno fue el más frío de esa flor, que se deshoja lentamente…que se aferra a su raíz, pero no puede evitar sentir como se le va la vida.




Una flor que se deshoja, es un conmovedor poema que nos relata la crónica de niña a mujer y su enfrentamiento con la enfermedad del cáncer de mama. Agradecemos mucho la participación de CLARA MOTHA AVILÉS, desde Actopan, Hidalgo, México.


 

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