Nací en la región de la montaña verde de Guerrero en un pueblo conocido como Tlapa. Los abuelos decían que Tlapa significa “lugar donde lavan” en náhuatl, lengua de nuestros ancestros.
Viví mi niñez como una flor de clavelina en primavera. Me
bautizaron como Lidia Vázquez. Crecí sin saber que los niños iban a un lugar
para aprender, porque en el pueblo no había escuela. Como niña jugué a la
comidita con tierra y piedras, tuve amigas que dejé de ver a los siete años, porque
migramos a Sinaloa donde fuimos jornaleros; era 1952 y desde entonces trabajé
como niña en los campos. En Sinaloa tuve amigas que asistían a la escuela y me
invitaron a ir, pero nunca fui.
A los diecisiete años migré a Baja California, primero a
Mexicali y después a San Quintín donde conocí a Francisco López. Me enamoró y
sus ojos sólo me veían a mí…Tuvimos tres hijos que fueron a la escuela y fui
feliz, porque aprenderían cosas de los libros que ignoré, pero la felicidad no
duró. Francisco conoció a otra mujer y él dejó de verme, jugó con mis
sentimientos; por él conocí la traición. Me volví madre soltera con el abandono
de Francisco, dejó de mantener a nuestros hijos. Y en medio de ese dolor me
enfermé sin saber que mi vida podría peligrar.
El cáncer de mamá en el seno izquierdo se alojó cerca de
mi corazón y como una guerrera oré por mi salud hincada en soledad, sabía que
Dios es fiel y que no me abandonaría. Le pedí su ayuda y también, decidí dejar de pensar en el
dolor por la traición de Francisco y comencé a concentrarme en atender a mi salud.
Hice lo que me indicaron en el programa de cáncer en el centro de salud.
Viajé sola una decena de ocasiones a Ensenada, para
recibir quimioterapia; pero siempre estuve acompañada de mi fe. Conocí personas
buenas que se interesaron en mí, como enfermeras y médicos que me cuidan;
además tengo nuevas amigas que son como yo, nosotras vivimos y luchamos contra
el cáncer.
Hoy me doy cuenta más que nunca que Dios existe y me ve.
Mi salud mejora, mis hijos estudian y crecen a mi lado. Sé que serán buenos
hombres y mujeres, me lo demuestran cada día; y yo sigo siendo una guerrera
nacida en Tlapa que ahora tiene un
nuevo significado para mí. Soy de un “lugar donde las mujeres lavan la tristeza
y se convierten en guerreras ante la adversidad”.
- Ejercicio de escritura creativa por miembros de la asociación Mujeres de San Quintín que viven y luchan contra el cáncer en mayo 2023. Coordina Psc. Jacqueline Campos https://www.facebook.com/profile.php?id=100091852742101
- Pintura de Cabrera Gisbert, Fernando http://www.artalcoi.org/1920/03/31/clavellina/
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